Rutina.

Luego de una larga noche sin poder dormir, me dispongo a preparar el desayuno. Mí hijo duerme ya que está de receso escolar, aún es temprano, hoy el día se vislumbra primaveral, se escucha el canto de los gorriones que moran en los árboles del patio, mí esposo prepara su maletín para ir al trabajo, yo me apresuro un poco… no sé que me sucede últimamente, es como si lapsos de mí tiempo se esfuman sin percatarme, busco mí maquillaje y lo pongo en mí cartera, en menos de una hora debo estar en mí trabajo. Salimos juntos e intercambiamos algunas palabras, cosas sin sentido, preguntas tontas que inquietan, en la esquina nos despedimos con un beso, subo a un taxi hacia mí rutinario destino. Las horas parecen volar, y a la vez no pasar nunca, suena el teléfono de mí oficina, es mí jefa que quiere que revise unas cuentas que no están cerrando. Los números me parecen jeroglíficos, la vista se me nubla un poco…debo descansar, así que lo decido en ese mismo instante, llamo a mí psicóloga para que me reserve una cita. Quiero descubrir el porque de mí insomnio. Gracias a Dios es hora de ir a casa. Fue un día pesado… (continuará...)
Carito.

Comentarios